miércoles, 8 de enero de 2014

Liposucción: no es tan sencilla como parece

Esta intervención es rápida y deja marcas muy pequeñas, pero es altamente invasiva


 

¿Para quién?

La liposucción tradicional se realiza para eliminar grasa indeseada de áreas problemáticas, tales como el abdomen, las caderas, las nalgas, los muslos, las rodillas, los brazos, el mentón y el cuello. La liposucción se apoya en la propia elasticidad de la piel para volver ella misma a su lugar, y por lo tanto no es recomendable en personas mayores a 50 años.

Procedimiento

Se realiza una pequeña incisión en el área problemática y se inserta un pequeño tubo de 3 mm llamado cánula. En algunos casos se inyectan fluidos conteniendo anestésicos y otros productos para reducir el sangrado, los hematomas y la hinchazón antes de comenzar el procedimiento.
Esta cánula está anexada a una suerte de bomba de vacío o jeringuilla larga que actúa como una aspiradora, chupando la grasa que se encuentra debajo de la piel. El cirujano empuja esta cánula de adelante hacia atrás a través de la capa grasa para romper las células y así poder aspirarlas. Una vez que toda la grasa ha sido quitada se sutura la incisión. La duración de esta operación depende de cuánta grasa esté siendo removida y en qué área. Al finalizar el tratamiento la zona implicada se envuelve en vendas y fajas para evitar la inflamación.
Mala cicatrización, infección, hemorragia o reacciones a la anestesia son posibles complicaciones de esta cirugía.

¿Cómo es la recuperación?

Duración de la estadía en el hospital: un día o un día y una noche dependiendo de las dimensiones del área tratada
Período de recuperación: 7 a 10 días
Con la liposucción se corre el riesgo de que el área tratada quede grumosa y desigual y puede también producirse sangrado bajo la piel que cause hinchazón.

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